Recientemente, se llevó a cabo un taller de cestería en las instalaciones del Punto Digital de la ciudad.
El intendente Ernesto Andrada, acompañado por el secretario de Producción, Tec. Agrónomo Dardo Morales, visitaron el taller para observar las clases, las creaciones y conversar con los participantes.
El taller fue dirigido por el Profesor Miguel González, nativo de El Puesto, quien ha dominado esta técnica desde los 9 años de edad. Hace varios meses, inició esta actividad de manera privada en su localidad natal, El Puesto, con una notable participación de la comunidad de Tinogasta. Con el respaldo del municipio y con el objetivo de llegar a más personas, el taller se trasladó al centro de la ciudad.
Está capacitación se extendió por el lapso de dos meses, culminando con una exposición en la plaza 25 de mayo, aprovechando el fin de semana largo por semana santa.
La cestería, considerada un arte milenario, se realiza utilizando el Simbol o más conocido como Unquillo, una planta típica de la zona. Esta planta, conocida por su nobleza y flexibilidad, crece durante todo el año, presentando colores característicos como el verde y el amarillo.
El intendente expresó su compromiso de respaldar esta iniciativa en beneficio de los vecinos de la jurisdicción, impresionado por el interés generado. «Este taller de cestería no solo promueve el aprendizaje de una técnica tradicional, sino que también fortalece nuestra identidad cultural y potencia el desarrollo económico local. Estamos orgulloso de apoyar iniciativas como esta que enriquecen nuestra comunidad y promueven el talento local». Expresó Andrada
El taller se dividió en tres clases semanales de dos horas cada una, con la participación tanto de adultos como jóvenes. Los participantes avanzaron gradualmente en su aprendizaje, comenzando por conocer los materiales y realizando elementos pequeños, hasta dominar técnicas más avanzadas para la confección de paneras, canastos, floreros, entre otros objetos, tanto decorativos como utilitarios.
El Profesor González compartió su motivación detrás del taller: «Es un tipo de cestería que se estaba perdiendo en Tinogasta, teniendo la materia prima en la zona y no aprovecharla, por eso decidí volver a enseñar. Esto es un arte que sería genial involucrar a más personas para que no se pierda y quién sabe, tal vez en el futuro alguien nos represente con la cestería en el poncho, alguien precisamente de Tinogasta».