La Petroquímica Río Tercero, una fábrica importante en el polo petroquímico, despidió a 125 trabajadores tras cerrar sus puertas, lo que significa un golpe a las finanzas del municipio de Córdoba, gobernado por Marcos Ferrer, socio de Rodrigo de Loredo y presidente de la UCR Córdoba. Además, otra de las preocupaciones que se sumó tiene que ver con que el cierre de la fábrica podría perjudicar otros eslabones petroquímicos.
«Es un impacto negativo muy grande desde lo económico y lo social, que va a afectar a casi 200 empleados entre directos e indirecto, con salarios importantes que se gastaban en Río Tercero y transformaba a cada uno de esos empleados en actores de la economía local que a su vez generaban empleo en sus hogares», explicó Marcos Ferrer.
El intendente remarcó que el «ánimo» de los vecinos de Río Tercero está bajo y que, «aunque lo importante en este momento de recesión es lo humano», la recaudación del municipio sentirá el cimbronazo. «Petroquímica Río Tercero y Atanor son empresas muy importantes para la ciudad, al cerrarse la planta más importante de producción, la facturación se va a caer y detrás de eso se va a caer la contribución a las tasas locales», añadió.